Estoy convencido que las carreteras
pueden llegar a ser gran reflejo de lo que es un país, tal vez por ello las
carreteras de CAPUFE se encuentran en tan mal estado, tal vez tengan la
necesidad de expresar y solidarizarse con la situación del país, o tal vez
alguien ha dejado de hacer su trabajo… Las carreteras nos muestran no sólo
caminos acobijados por la pachamama
sino también la necesidad, la desesperación y lo peor del ser humano.
El siguiente diario no
pretende ser un acto egocentrista en el cual presumo cómo viajé con mi familia
por más de 15 ciudades del país, 5 estados, 8 hoteles y una que otra perdida.
El siguiente diario nace de mi necesidad de compartir lo vivido, sentido y
temido por mi viaje.
Todo empezó el 19 de diciembre
del 2015… Momento, no fue así. Todo empezó cuando nos invitaron a unos xv’s en
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Normal, ¿no? Pues hubiese sido normal si no fuera
por mis padres, unos señores que promedian los 49.5 años de edad, llevan 20
años de casados y tienen un espíritu “aventurero” – en realidad a mi madre le
gusta viajar, pero la aventura no-. Todo inició como una idea de descansar y
salir del estado (Jalisco) después de un par de años sin hacerlo – la última
vez fue en la final del Ascenso Mx cuando la UDG enfrentó a Necaxa en
Aguascalientes- pero de una manera algo alocada, es decir, terminar recorriendo
más de 4000 km en carretera.
A mucha gente le gusta viajar en carretera porque… No sé, están locos – como mis padres- o les gusta la “aventura”. Pero para un joven de 19 años de edad que se marea fácilmente en carretera, es de vejiga chillona y se estresa con gran facilidad, esto termina siendo una pesadilla.
A mucha gente le gusta viajar en carretera porque… No sé, están locos – como mis padres- o les gusta la “aventura”. Pero para un joven de 19 años de edad que se marea fácilmente en carretera, es de vejiga chillona y se estresa con gran facilidad, esto termina siendo una pesadilla.
Los días pasaban y mi negativa
no serviría de nada, a final de cuentas vivo con mis padres y no podía quedarme
2 semanas solo, sin dinero y posiblemente sin vehículo. Es por ello que me fui
haciendo la idea de vivir unas vacaciones de pesadilla – o eso creía-.
Había llegado el día,
partiríamos a Guanajuato. Tenía que subir maletas, chamarras, cobijas, mi
almohada de changuito y las frituras que mi hermano había comprado para calmar
el hambre en el trayecto. Ya había dejado un día antes a mi perro en la pensión
canina, algo que me dolió un tanto, pero trataría de calmar ese dolor con tres
libros que me acabaría antes de llegar a mi destino.
Para ver más fotografías del viaje pueden hacerlo en mi
cuenta de Instagram: Pizzeto11. Y para cualquier duda, comentario o sugerencia
en mi correo: damian.carmona04@gmail.com
Continuará…
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