jueves, 2 de octubre de 2014

El 2 de octubre de 1968: ni perdón ni olvido.

Hoy recordaremos lo acontecido en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco. 
Con gran melancolía y enojo, les comparto una edición especial para no olvidar esta fecha.
2 de Octubre no se olvida.






Tlatelolco 68
(Jaime Sabines)

1

Nadie sabe el número exacto de los muertos,
ni siquiera los asesinos,
ni siquiera el criminal.
(Ciertamente, ya llegó a la historia
este hombre pequeño por todas partes,
incapaz de todo menos del rencor.)

Tlatelolco será mencionado en los años que vienen
como hoy hablamos de Río Blanco y Cananea,
pero esto fue peor,
aquí han matado al pueblo;
no eran obreros parapetados en la huelga,
eran mujeres y niños, estudiantes,
jovencitos de quince años,
una muchacha que iba al cine,
una criatura en el vientre de su madre,
todos barridos, certeramente acribillados
por la metralla del Orden y Justicia Social.

A los tres días, el ejército era la víctima de los desalmados,
y el pueblo se aprestaba jubiloso
a celebrar las Olimpiadas, que darían gloria a México.

2

El crimen está allí,
cubierto de hojas de periódicos,
con televisores, con radios, con banderas olímpicas.

El aire denso, inmóvil,
el terror, la ignominia.
alrededor las voces, el tránsito, la vida.
Y el crimen está allí.

3

Habría que lavar no sólo el piso; la memoria.
Habría que quitarles los ojos a los que vimos,
asesinar también a los deudos,
que nadie llore, que no haya más testigos.
Pero la sangre echa raíces
y crece como un árbol en el tiempo.
La sangre en el cemento, en las paredes,
en una enredadera: nos salpica,
nos moja de vergüenza, de vergüenza, de vergüenza.

La bocas de los muertos nos escupen
una perpetua sangre quieta.

4

Confiaremos en la mala memoria de la gente,
ordenaremos los restos,
perdonaremos a los sobrevivientes,
daremos libertad a los encarcelados,
seremos generosos, magnánimos y prudentes.

Nos han metido las ideas exóticas como una lavativa,
pero instauramos la paz,
consolidamos las instituciones;
los comerciantes están con nosotros,
los banqueros, los políticos auténticamente mexicanos,
los colegios particulares,
las personas respetables.
Hemos destruido la conjura,
aumentamos nuestro poder:
ya no nos caeremos de la cama
porque tendremos dulces sueños.

Tenemos Secretarios de Estado capaces
de transformar la mierda en esencias aromáticas,
diputados y senadores alquimistas,
líderes inefables, chulísimos,
un tropel de putos espirituales
enarbolando nuestra bandera gallardamente.

Aquí no ha pasado nada.
Comienza nuestro reino.

5

En las planchas de la Delegación están los cadáveres.
Semidesnudos, fríos, agujereados,
algunos con el rostro de un muerto.
Afuera, la gente se amontona, se impacienta,
espera no encontrar el suyo:
“Vaya usted a buscar a otra parte.”

6

La juventud es el tema
dentro de la Revolución.
El gobierno apadrina a los héroes.
El peso mexicano está firme
y el desarrollo del país es ascendente.
Siguen las tiras cómicas y los bandidos en la televisión.
Hemos demostrado al mundo que somos capaces,
respetuosos, hospitalarios, sensibles
(¡Qué Olimpiada maravillosa!),
y ahora vamos a seguir con el “Metro”
porque el progreso no puede detenerse.

Las mujeres, de rosa,
los hombres, de azul cielo,
desfilan los mexicanos en la unidad gloriosa
que constituye la patria de nuestros sueños.






Todo inició un 22 de julio de 1968, cuando estudiantes del IPN y estudiantes de la UNAM disputaban un partido de fútbol americano. Durante el partido se suscitó una riña, en la cual, elementos del ejército irrumpieron en las instalaciones deportivas deteniendo a varios estudiantes.
El 29 de julio se llevaron a cabo dos manifestaciones. La primera, en descontento por el ingreso de los militares a la vocacional 5 aquél 22 de julio. La segunda es convocada por la CNED y la Juventud Comunista de México (JCM) en conmemoración del XV aniversario del asalto al cuartel Moncada y en solidaridad con la Revolución Cubana.

La marcha de los estudiantes sigue su curso natural y concluye con un mitin en la Plaza del Carrillón del Casco de Santo Tomás, donde un grupo de estudiantes opositores toman control del micrófono y convocan a una marcha hacia el Zócalo. En cierto punto coincidieron con la marcha de apoyo a la Revolución Cubana. Ambos colectivos siguen su curso natural.

Los estudiantes que se dirigían hacia el Zócalo son interceptados y atacados por granaderos. Éstos los obligaron a retroceder hacia la Alameda Central. De inmediato se pide apoyo a la marcha que se dirigía al Hemiciclo y se organiza una marcha conjunta hacia la Plaza de la Constitución. En ella, los participantes gritaban consignas a favor de la unidad estudiantil y en contra de la represión por parte de los cuerpos policíacos. Esta marcha vuelve a encontrase con los granaderos y estos arremeten contra manifestantes y transeúntes sin importarles nada.

El 30 de julio de 1968, la Preparatoria N° 1 es atacada y su puerta principal, labrada del siglo XVIII, es destruida a causa de un proyectil de bazuca.

El 1 de agosto de 1968, el rector de la UNAM, Javier Barros, condenaría públicamente los hechos, izando la bandera mexicana a media asta y, más adelante, en su discurso exigiría la libertad de los presos políticos. Ese mismo día encabezaría la marcha por la avenida de los Insurgentes, donde surgió un lema muy común utilizado por el movimiento estudiantil: "¡Únete pueblo!".




El 4 de agosto de 1968, el movimiento estudiantil elabora un pliego petitorio que invalida el de la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos (FNET), y contiene los siguientes puntos:
-Libertad a los presos políticos.
-Derogación de los artículos 145 y 145 bis del Código Penal Federal (instituían el delito de disolución social y sirvieron de instrumento jurídico para la agresión sufrida por los estudiantes).
-Desaparición del Cuerpo de Granaderos.
-Destitución de los jefes policíacos.
-Indemnización a los familiares de todos los muertos y heridos desde el inicio del conflicto.
-Castigo a los funcionarios culpables culpables de los hechos sangrientos.

El 27 de agosto de 1968 una marcha multitudinaria se dirigió al zócalo capitalino a las 15:20 horas. Fue la primera ocasión en que se insulta públicamente al presidente mexicano Gustavo Díaz Ordaz.
El 7 de septiembre de 1968 se lleva a cabo un mitin en Tlatelolco denominado "La Manifestación de las Antorchas".
El 13 de septiembre de 1968, tiene lugar "La marcha del silencio", donde los manifestantes marcharon con pañuelos en la boca.
El 2 de octubre de 1968, miles de personas se reunieron en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco. Por su parte, miembros del Batallón Olimpia (cuyos integrantes iban vestidos de civiles con un pañuelo o guante blanco en la mano izquierda) se infiltraban en la manifestación hasta llegar al edificio "Chihuahua" donde se encontraban los oradores del movimiento y varios periodistas.


El mitin transcurría, mientras soldados empezaban a transitar por las calles, para rodear la plaza de las tres culturas.

Cerca de las 17:55, dos bengalas rojas fueron disparadas desde la torre de Tlatelolco. A las 18:10 un helicóptero sobrevoló la plaza del cual se dispararon dos bengalas, esto como señal para que los francotiradores abrieran fuego contra manifestantes y militares. Se disparó contra los militares con la intención de hacerles creer que la agresión venía de parte de los estudiantes. Tras esto los militares abrieron fuego en contra de todo civil que estuviera en la Plaza de las Tres Culturas con el fin de repeler la “agresión estudiantil”.


La gente estaba confundida. Los líderes desde el tercer piso del edificio Chihuahua pedían calma ya que pensaban que lo que disparaban eran balas de salva... Hasta que los cuerpos empezaron a caer. 
Los soldados bloquearon prácticamente todas las salidas en cuestión de minutos. La multitud enloquece, pierde el control la situación; gritos, cuerpos tirados, llantos, mentadas de madre y soldados queriendo callar esas voces que pertubaban al sistema. Metralletas aparecían en la azotea del edificio Chihuahua, buscando aniquilar a los diferentes contingentes estudiantiles. Gente corriendo hacia ningún lado, con poca esperanza, pero con muchas ganas de salir de ahí. Otros pocos se escudaban en los cuerpos de los compañeros ya caídos, soportando el dolor de sentir cómo una vida se había esfumado ante sus ojos.
Montones de cuerpos.Unos muertos, otros tantos heridos gravemente y otros vivos que tuvieron que cargar por el resto de su vida con ese dolor. Varios de los que lograron escapar buscaban refugio en edificios cercanos a la plaza, pero esto no detuvo a la fuerza militar que irrumpió en los edificios para sacar a los estudiantes. Por su parte, la iglesia de Santiago de Tlatelolco cerró sus puertas a quienes buscaban refugio.
Horas después, la plaza estaba llena de zapatos y los estudiantes fueron llevados a culatazos a dos lugares: las puertas de los elevadores del edificio Chihuahua, donde fueron desnudados y golpeados y al ex convento. Los periodistas fueron despojados de toda prueba, otros de sus vestiduras y unos más fueron heridos. La plaza fue limpiada por elementos esa misma noche y la guardia militar se mantuvo hasta el día 9 de ese mismo mes.

El 3 de octubre el secretario de la Defensa Nacional, el general Marcelino García Barragán, da una conferencia de prensa, en la que justifica la intervención del ejército de esta manera: "Se ordenó un dispositivo para evitar que los estudiantes fueran del mitin de Tlatelolco al Casco de Santo Tomás. El ejército intervino en Tlatelolco a petición de la policía y para sofocar un tiroteo entre dos grupos de estudiantes". Y, afirma: "El comandante responsable soy yo. No se decretará el estado de sitio. México es un país donde la libertad impera y seguirá imperando." Y amenaza con actuar con la misma energía si "aparecen más brotes de agitación".

...

Muchos dicen que el movimiento estuvo rodeado de ideas comunistas; otros más le adjudican la fuerza del movimiento a la época: los jóvenes profesaban el concepto de libertad ante un sistema de normas que no aceptaba sus ideas. Esto los orilló, en cierto momento, a la rebeldía o escapar de la apatía del ciudadano común. 

Para entender un poco mejor el movimiento, hay que contextualizarnos. ¿Qué pasaba en el mundo por esas fechas? 

En América Latina los jóvenes se habían empapado de ideas socialistas, mantenían vivas las ideas de la revolución cubana y del Che. Estas ideas estaban frescas y despertaban en los jóvenes un sentido de pertenencia. Los movimientos de liberación nacional y contra el imperialismo también eran un factor importante.

Ahora, enfocándonos el contexto interno, nos encontramos con un país en el que la palabra democracia era casi un mito; un sistema autoritario, un régimen presidencialista, sindicatos atados al estado y los sectores que trataban de luchar contra el control autoritario del estado.

Reflexión

El 2 de octubre no es sólo una fecha sino el inicio de una constante: el Estado matando, mintiendo, apostando por el olvido. Porque no es sólo Tlatelolco, también es el Halconazo, Atenco, Acteal, Ayotzinapa, Nochixtlán, Tanhuato y tantos más.
No olvidar no es un acto poético sino un principio de justicia, un acto de rebeldía ante la apuesta del "olvido" que ellos. No olvidar no es opción, es una obligación.




No llores patria mía
He ahí el cadáver del futuro obrero
He ahí el futuro político hermético  a la impunidad
He ahí la sangre de la inocencia
He ahí tu gente con el alma enardecida

Lagos rojos de sangre, rojo es el memorial
Rojo el tercer color de tu bandera
Que hoy la sangre de estudiantes representa
Sangre leal, que tan sólo buscaba justicia y libertad.

¡Vaya suerte que has tenido!
Naciste de aquella línea
Línea invisible que es indivisible
Línea que separa al gobierno del pueblo.

Ve a esa madre cabizbaja
Con el alma destrozada
Con la mirada plantada
Plantada en aquella pared
Donde la sangre su hijo se derramó.

Gran tragedia que condena…
Un país parte de la tragedia
Un país parte de la represión
Un país pegado a la basura
Un país pegado a la sangre.

Salieron valerosos a buscar un mejor futuro
Pero muerte fue lo que encontraron
Encontraron a la represión
Y el mejor futuro… El mejor futuro no llegó.

No los olvidaremos nunca héroes nuestros,
Guardaremos su plato de sopa,
Guardaremos respeto,
Guardaremos su recuerdo,
¡Pero nunca guardaremos silencio!

No llores patria mía
Yo sé que te duele
No llores patria mía
El 2 de Octubre no se olvida.












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