sábado, 9 de mayo de 2015

Crónica de un descenso, nunca un abandono: #AmorEsLeones

¿Han visitado en alguna ocasión un cementerio? Es impresionante la capacidad de abstracción de recuerdos que tienen estos lugares. ¿Has visto a tu equipo descender justamente un año después de su ascenso? Es algo muy similar.

Durante años crecí en una familia Atlista, donde yo decía irle a las Chivas para "dar la contra a la familia". Algo estúpido, pues pasé varios años de mi vida sin saber lo que era amar al futbol.
Chivas, Lasalle, Monterrey y Atlas fueron los jerseys que porté en mi sueño -el de la mayoría de los niños- de ser futbolista:
- Chivas: mi rebeldía infantil, mis primeros gritos de "gol", gritos desabridos, como los de aquellos labios que ya besan a secas.
- Lasalle: Escuela en la cual iba y pues nada, todo cool.
- Monterrey: Equipo el cual me hizo crecer de manera sorprendente en lo futbolístico. Mi nivel casi me vale el ingresar a las fuerzas básicas de los regios. Gran cariño el que guardo a este club, que durante mi estancia en Cancún fue de lo mejor que me pasó.
- Atlas: Sinónimo de Carmona, pero sobre todo un club al cual puedo decir hoy en día que apoyo, que disfruto, que lo siento al jugar.

Justamente en mi estancia en Cancún fue donde descubrí al equipo que tantas lágrimas me ha arrebatado, Leones Negros. Qué paradoja, ¿no? en Quintana Roo descubría lo que no había descubierto en Jalisco.
Fue una tarde en que mi padre y yo asistimos al Andrés Quintana Roo (estadio del Atlante), él portando un jersey que me era ajeno, extraño, pero con una hermosura implícita. Al ingresar al estadio notaba las miradas de los hinchas hacia el jersey de mi padre, pero no fue hasta que un señor se acercó, cuando descubrí muchas cosas:

- Disculpe, ¿dónde consiguió su jersey?-preguntó el hincha azulgrana
- Lo tengo desde que vivía en Guadalajara. -respondió mi padre son una sonrisa fanfarrona

El señor sonrío y se marchó dejando en mí más preguntas de las que podrían imaginarse.

- ¿Existe ese equipo, papá? -pregunté con gran asombro

Mi padre me platicó un poco de la historia del equipo de la Universidad de Guadalajara, apodados "Leones Negros" por un tridente ofensivo conformador por brasileños que era de tez negra, los cuales jugaban con "garra". Tardé se me hacía para buscar más sobre ese desaparecido equipo al cual fue invitado a jugar mi padre en alguna ocasión. 

Días después se hacía un anuncio en la página de internet de Medio Tiempo: "Regresan los leones negros". Un encabezado que me llenó de emoción y me motivó a comprar mi jersey a penas en mis siguientes vacaciones en Guadalajara. Esto sería el comienzo de una historia de amor, una que se -escribe con el corazón.

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Regresé a vivir a Jalisco, algo que me tenía un poco "triste", pero a la vez emocionado porque podía ir a ver jugar a mis Leones Negros. En ese entonces los boletos costaban 10$ (sí, 10$)
Aquí termina la historia y comienza el sentimiento:

¿Quién diría que un equipo me haría sufrir tanto? Si no fuese por la desafiliación del equipo de Ciudad Juárez, Leones Negros hubiera descendido (sí, del Ascenso MX). Esto es sólo un ejemplo de lo que en momentos sufría por un equipo que había pasado a formar parte de mi vida en un momento crucial. 
Pero no todo era sufrimiento, en alguna ocasión había una que otra emoción...

Alfonso Sosa, ex jugador que llevó a Leones Negros a ser protagonista de la liga y las liguillas, cambiando la cara de los Melenudos y gustando en juego (pero sobre todo en resultados).
Alfonso Sosa se daba palmaditas en el hombro en una final a la cual llegaba con una seguidilla de partidos ganados sin problema alguno... Bueno, a decir verdad sufrieron en la semifinal. Necaxa era el rival de la UDG, un rival duro, que siempre busca ascender... otra vez. Aquel partido terminaba 1-0  con gol de Pepe Cruz, quien daba la ventaja a los melenudos de cara al encuentro final en Aguascalientes (al cual, claro que asistí).
90 minutos de nerviosismo en el cual Pepe Cruz y Humberto "El Gansito" Hernández se vestían de héroe en un triunfo global de 2-1. Leones empezaba a soñar.



Final de ascenso vs Estudiantes:

El estado sonreía, volvería Jalisco a tener 3 equipos en la primera división. el nerviosismo rodeaba a ambas escuadras. Nadie pensaba lo que se vendría.
En la ida empataron a 0, todo iba a resolverse en el Monumental Estadio Jalisco, partido que no podía perderme (y no, no me lo perdí). Estudiantes Tecos mantenía una ventaja y sobre el final del partido, y yo mantenía mi pulso cardiaco con gran dificultad, no quería pagarle una torta ahogada a Tello ni aguantar la carrilla de uno que otro "tecolote" de ocasión.

¡GOOOOOOOL! Marcaba el gol de empate Marcelo Alatorre, jugador que estaba en calidad de préstamo, proveniente de Estudiantes. Gol que daba esperanza a la UDG de lograr ascender y que podía mantener al anotador del tanto en la división de ascenso, pero eso al "Chelo" no le importó, su corazón ya era de León. 

Llegaban unos temidos (más en México) penales, penales en los cuales yo ya no contaba de jersey alguno que cubriera mi corpulencia y vello.

¡GANSITO, GANSITO. GANSITO! Coreaba el estadio al atajar "El Gansito" el penal, pero no fue ahí cuando estalló el Coloso de la Calzada Independencia, sería hasta que Hernández tomara el balo desde los 11 once pasos, eso fue lo que emocionó a la afición.
El Gansito veía el cielo, era para  sus niños que habían fallecido al nacer, era para la historia, era para la afición, era para no pagar esa torta ahogada... Era para el lado derecho del arquero, imposible de atajar... Era un balón en el fondo de la red, en la siguiente página de la historia universitaria; ¡ERA EL GOL DEL ASCENSO!

Hoy, a un año de dejar a mi madre (en el "Día de la madre") escribo esto en apoyo, con dolor,  con tristeza, melancolía... Pero nunca con decepción. Regresamos a la liga de ascenso, pero regresamos como los grandes: "Con la melena en alto".

Llora leones, llora la pérdida de esta oportunidad, 
llora el que a tu afición la haces hoy llorar.
Llora leones, llora cada balón que falló Anangonó,
llora el que puedo haber sido un futuro mejor.
Llora leones, llora cada error arbitral,
llora que el decidir a ESPN fue una "mala decisión".
Llora leones, llora porque pasó,
llora porque hoy verás realmente a tu afición.

No llores la derrota, no llores, por favor.

Hoy la melena hay que ponerla en alto,
las lágrimas pueden esperar otro rato.
Hoy la hinchada ya te espera,
espera tus fechas, espera, el ascenso anhelan...




Y esta es la crónica de un loco que un día decidió creer en el amor... En el amor a color: rojo, negro y amarillo, se pintó mi corazón, se pintó y eso fue una promesa, un desafío, una gran decisión.
Esta crónica está hecha de lágrimas un 30% y un 70% de ilusión, de corazón, de poder regresar en un futuro mejor.

Cristante, Fidel Martínez Rodrigo Folle, Efrén Mendoza, Marcelo Alatorre, Luis Cano, José Cruz, Quesos González, Marc Crosas, Jonhatan Gonzales, tantas, tantos jugadores que han portado este jersey con verdadero orgullo. Pero uno, uno es el que siempre estará en mi mente: Humberto "El Gansito" Hernández.

#AmorEsLeones